Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Hermanas y hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios. (Efe 2:19-22)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102824.cfm
La dignidad de nuestro bautismo, edificado sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, templo santo del Señor, morada de Dios en el Espíritu. Si tan sólo pudiéramos tratarnos unos a otros como nuestra dignidad merece y reconocer a Cristo Jesús, la piedra angular, que nos mantiene a todos unidos. El Sínodo de Roma ha concluido y el Papa Francisco ha aprobado su declaración final. Que nos unamos alrededor de la Cátedra de Pedro, con ruedas o sin ellas, y avancemos con esperanza en el Espíritu.