Hermanas y hermanos: Sométanse los unos a los otros, por consideración a Cristo. Las mujeres, a su propio marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo. Éste es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia. En cuanto a ustedes, cada uno debe amar a su propia mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.
(Efe 5:21-33)
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2024-10-29
Probablemente este sea uno de los pasajes más citados, incomprendidos y mal interpretados de todas las Escrituras. Incluso el escritor reconoce que la analogía realmente no funciona cuando se trata de relaciones humanas y afirma que es simplemente una referencia a Cristo y la iglesia y luego deja de hablar de subordinación y simplemente dice que un marido debe amar a su esposa, y una esposa debe respetar a su marido. Una buena advertencia para todos los predicadores.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Martes, Semana XXX, Tiempo Ordinario
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