En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. (Mt 5:1-4)
Cuando estuve en el seminario de San Meinrad, Indiana, había celebración de la Divina Liturgia Bizantina cada semana. Me acuerdo del hermoso canto de la Comunión: ♫”Acuérdate de nosotros, Señor, cuando llegues a tu reino. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. ♫Acuérdate de nosotros, Señor, cuando llegues a tu reino”.♫