Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida conque midan, serán medidos. (Lc 6:27-38)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091224.cfm
El Señor nos conoce mejor que nosotros mismos. Juzgar y condenar son los pasatiempos de la iglesia. La fiesta del Nombre de María nos recuerda las palabras que María pronunció sobre sí misma: “Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” (Lc 1,48).