Hermanas y hermanos, les quiero decir una cosa: la vida es corta. Por lo tanto, conviene que los casados vivan como si no lo estuvieran; los que sufren, como si no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no compraran; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran de él; porque este mundo que vemos es pasajero. (1 Cor 7:25-31)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091124.cfm
Muchos de nosotros probablemente podamos recordar dónde estábamos y qué estábamos haciendo cuando recibimos la noticias del 11 de septiembre de 2001. Yo estaba de retiro en el seminario. Después de la sesión de retiro con mi director espiritual, me sugirió que fuera al salón de profesores y encendiera la televisión. No me explicó nada. Entonces fui, yo era el único allí. Un poquito después empezaron a sonar las campanas del seminario. Todos nos reunimos en la capilla y celebramos Misa. Sabíamos qué hacer.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Miércoles, Semana XXIII, Tiempo Ordinario, 11 de septiembre
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