Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. (Jn 6:51-58)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081824.cfm
La comida es esencial para la vida física. El alimento es esencial para nuestra vida espiritual. El alimento que Cristo da es el don de sí mismo, la Eucaristía, el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.