La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. (Hechos 4:32-37)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040924.cfm
Esa primera comunidad no suena como un apoyo al capitalismo o al mercado libre. Se parece mucho a una comuna. Tal vez, la fe en el Señor resucitado no consista en adelantarse a los vecinos o hacerse con unos ahorros para la jubilación, sino en cuidar de las viudas y los huérfanos, de los pobres y de los que nadie quiere acoger.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Martes, Semana II, Pascua
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