Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. (Jn 3:16-21)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041024.cfm
Las Escrituras nunca pretendieron que Juan 3:16 se usara como un arma para atacar a la gente. El énfasis no está en la parte de perecer, sino en el AMOR que Dios tiene por el mundo y el don de la VIDA ETERNA.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Miércoles, Semana II, Pascua
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