Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán”. (Mt 28:8-15)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040124.cfm
Estamos agradecidos a María Magdalena y a todas las mujeres fieles que cumplieron la misión apostólica que recibieron del Señor de “ir y decir”. Porque el Señor Resucitado va delante de nosotros a todas las Galileas de este mundo y allí lo vemos.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Lunes, Octava de la Pascua
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