Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a acostarte, y si te llama alguien, responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’ ”. Y Samuel se fue a acostar. De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel, Samuel”. Éste respondió: “Habla, Señor; tu siervo te escucha”. (1 Sam 3:1-10, 19-20)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011024.cfm
La sabiduría del anciano sacerdote Elí ayudó al joven Samuel a escuchar la voz del Señor. Me encantan las historias de la Biblia, me han acompañado toda la vida. Recuerdo cuando mi catequista de la Iglesia Bautista, la Sra. Strong, nos contó por primera vez la historia del joven Samuel durmiendo en el Templo. Yo no tendría más de cinco años. Todavía conservo la pequeña cruz que la Sra. Strong tejió a ganchillo y me regaló hace casi 70 años.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Miércoles, Semana I, Tiempo Ordinario
- :