Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio . . . A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (Rom 1:1-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101623.cfm
Los escritos cristianos más antiguos no fueron los evangelios sino las cartas. La carta de San Pablo a la comunidad de Roma fue atesorada, copiada y luego compartida con otras comunidades. Con tiempo, estas cartas se convirtieron en las Escrituras que tenemos hoy.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Lunes, Semana XXVIII, Tiempo Ordinario
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