En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. (Lc 10:38-42)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101023.cfm
Los evangelios sinópticos guardan un extraño silencio sobre el mayor milagro de Jesús, la resurrección de Lázaro. De hecho, el pasaje del evangelio de hoy es la única mención de las hermanas Marta y María fuera del Cuarto Evangelio. Pero su hermano Lázaro no es mencionado en absoluto y tampoco su pueblo, Betania. Es una de esas preguntas intrigantes que me gustaría hacer a los escritores de los evangelios.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Martes, Semana XXVII, Tiempo Ordinario
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