En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse. (Hechos 15:1)
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. (Jn 15:5)
Desde el inicio de la iglesia, había gente que quería llevar la batuta y excluir a los demás: “si no creen esto o no hacen aquello no eres verdadero católico”. Gracias a Dios, el Señor nos recuerda que él es ls Vid, nosotros solo los sarmientos . . . hay una sola cosa necesaria . . . permanecer en Cristo.
Es igual con Nuestra Señora de Fátima. Pero el mensaje de Fátima no tiene nada que ver con secretos, ni visiones del Infierno, ni de mensajes de ángeles, ni de amenazas de castigos. Básicamente, el mensaje es muy sencillo: “Arrepiéntanse y rezan”.