(Los apóstoles) animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído. (Hechos 14:22-23)
En la iglesia primitiva, el ministerio era fluido, no fijo. Eventualmente, los apóstoles y los maestros se convirtieron en gerentes (obispos) y ancianos (presbíteros). Y siempre había meseros (diáconos). Lo interesante es que la iglesia primitiva no usaba términos religiosos por sus ministros. La iglesia primitiva sabía de sacerdotes y sumos sacerdotes (del Templo Judío) y también de pontífices (de la religión del Imperio Romano), pero no los usaba. Más bien, gerentes, ancianos y meseros, términos de la vida diaria, son muy aptos para el ministerio y el servicio. Siglos después los términos del sacerdocio están usados pero solo en sentido secundario. Porque el único sacerdocio en el Nuevo Testament es de nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, y del pueblo sacerdotal de Dios.