El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. (Jn 20:1)
María Magdalena es la primera testigo a la Resurrección. Por eso, la iglesia primitiva siempre la llamaba, la “Apóstola a los Apostoles”. Es ella que trae las Buenas Noticias a Pedro y al Discípulo Amado, y también a nosotros. En este tiempo de miedo, de pánico y de mucho luto, María Magdalena todavía nos trae Buenas Noticias del Amor más fuerte que la muerte. Como dice la antigua secuencia de la Pascua:
“¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?’’
Y María Magdalene contesta:
“A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Vengan a Galilea, allí el Señor aguarda; allí verán los suyos la gloria de la Pascua’’.
¡Cristo resucitó! ¡De veras resucitó el Señor! ¡¡¡Aleluya, aleluya!!!