R. El Señor nunca olvida sus promesas. Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R. El Señor nunca olvida sus promesas. (SALMO 104)
El Señor siempre se acuerda . . . de la Alianza, de la Tierra, de sus Promesas, de su Pueblo. Al contrario, nosotros tendemos a olvidar. Como decía el abuelo, “Cuando nos dejamos de recordar . . . nos olvidamos”. Que Dios siempre se acuerda de nosotros y nunca se olvida . . . esto es nuestra esperanza.