Ya está cerca el día del Señor.
Es un día de oscuridad y de tinieblas,
día de nubes y de tormenta. (Joel 1:13-15;2:1-2)
El Día del Señor en el profeta Joel es aterrador. Pero como nos recuerda el salmo de hoy: El Señor juzgará al mundo con justicia (Salmo 9: 2-3,6; 16: 8-9). Quizás, las antiguas Obras de Misericordia Corporales puedan ser útiles en el Día del Señor: alimentar a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, albergar a los desamparados, visitar a los enfermos, visitar a los presos, y enterrar a los muertos. Como nos recuerda la Profesión de Fe, habrá un examen final. . . “De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.”