Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. (Mt 1:18-21)
“José, el Callado”—porque las Escrituras no nos dan ni una palabra de San José. Al contrario, la Virgen María nunca deja de hablar, cantando las alabanzas del Señor. Por eso, a veces San José está olvidado. Pero sin San José, el misterioso plan de Dios nunca se cumpliría.