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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
(Mt 2:13-18)

La Fiesta de los Santos Inocentes nos recuerda de que los poderosos de este mundo siempre quieren derrumbar y destruir. Pero Dios tiene la última palabra, y esa palabra es una palabra de Gracia y Resurrección. Como dice el Cuarto Evangelio:

Esta luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no han podido extinguirla.
(Jn 1:5)