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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

“Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén,
pues vengo a vivir en medio de ti”, dice el Señor.
(Zacarías 2:14)

Seguimos celebrando la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, y estoy pensando en mi primera visita al templo de Nuestra Señora de Guadalupe en Cherokee Qualla Boundary (la reserva de los indígenas), Cherokee, Carolina del Norte. El templo tiene la forma de un salón de encuentro de los Cherokee, representando las siete tribus de la Nación Cherokee. El gran vitral de Nuestra Señora de Guadalupe ocupa una de las siete paredes. Bajo la imagen de la Virgen hay un letrero que dice: “La Patrona de naciones capturadas y pueblos conquistados.” Y también la imagen de Cuauhtlatoatzin (San Juan Diego) no es de un Chichimeca, sino es un Cherokee. El artista y la comunidad de los Cherokee saben que Nuestra Señora de Guadalupe es madre de ellos también.