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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

“Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo’’.
(Mt 18:10)

Los Santos Ángeles Custodios—¡tanto amor providencial que Dios nos tiene! La pequeña oración que aprendimos en la niñez todavía tiene un lugar en el corazón:
Ángel de la guarda,
mi dulce compañía
no me desampares
ni de noche ni de día
hasta que me pongas
en paz y alegría
con todos los santos,
Jesús, José, y María.