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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Domingo, 14 Junio 2020 19:28

VIERNES, SEMANA XII, TIEMPO ORDINARIO

En aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: “Sí quiero, queda curado”. Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: “No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación”. (Mt 8:1-4)

El poder de tocar . . . pues, tocar a un leproso deja a uno impuro según la Ley de Dios. Entonces, por tocar al leproso, Jesús está cruzando la linea. Pero el tocar es todo.

La foto es de San Damien de Molokai . . . cuando era joven sacerdote, y después el sacerdote a los leprosos. 

 

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