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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”. (Jn 15:9-11)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/051123.cfm
Amor y alegría. Jesús no está hablando de mariposas y conejitos. Jesús está hablando del arduo trabajo de construir un mundo de justicia, el arduo trabajo de perdonar heridas imperdonables, el arduo trabajo de la reconciliación y de amar a las personas desagradables. La alegría del Señor Resucitado en nosotros hace que nuestra alegría sea plena.