Bienvenidos

Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Uno de los ángeles me habló y me dijo: “Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero”. Entonces me transportó en espíritu a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero. (Apóc 21:9-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/082422.cfm
Como dice el viejo Espiritual: “¡Oh, qué hermosa ciudad!” Y nosotros somos esa ciudad--la morada de Dios en el Espíritu. Se representa a San Bartolomé sujetando su propia piel (fue desollado vivo) en el Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.