"Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios”. (Apoc 7:2-4,9-14)
La fiesta de la Jerusalén celestial nos invita a recordar y dar gracias a Dios por todos los hombres y mujeres santos que han tocado nuestras vidas y nos han precedido.