Bienvenidos

Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Pues bien, ¡ánimo!, Zorobabel; ¡ánimo!, Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote; ¡ánimo!, pueblo entero. ¡Manos a la obra!, porque yo estoy con ustedes, dice el Señor de los ejércitos. Conforme a la alianza que hice con ustedes, cuando salieron de Egipto, mi espíritu estará con ustedes. No teman’. (Ageo 2:1-9)

Ánimo, manos a la obra, estoy con ustedes, no teman. Palabras poderosas del profeta Hageo, palabras para el pueblo de Dios en todos los tiempos, palabras para nosotros hoy en este tiempo de política de división. Porque hay trabajo por hacer: cuidar de los enfermos y los presos, acoger a los inmigrantes, dar esperanza a los desesperados, construir un mundo de justicia donde todos puedan encontrar un lugar en la mesa de la familia humana. Hoy es la fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia, la fiesta de las Hermanas de la Misericordia.