Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas . . . .
(Jn 2:13-25)
La Purificación del Templo ocurre cerca del comienzo del ministerio público de Jesús en el Cuarto Evangelio (según Juan). Los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) sitúan el evento al final del ministerio público e inmediatamente antes de la Narrativa de la Pasión. Los que vivimos de este lado de la Resurrección hemos llegado a creer “en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho”.