R/. Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir?
Desde lo más profundo te invoco, Señor. ¡Señor, oye mi voz! Estén tus oídos atentos al clamor de mi plegaria.
Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. Mi alma espera al Señor, más que el centinela la aurora.
Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Señor, porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia: Él redimirá a Israel de todos sus pecados.
R/. Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir?
(Salmo 129)
La Cuaresma nos invita a confiar en la misericordia de Dios. Las lágrimas y los lamentos no tienen nada que ver con la "abundante redención".