Oyeron luego los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y se ocultaron de su vista entre los árboles del jardín.
(Gén 3:1-8)
Se ha derramado mucha tinta sobre este pasaje y algunas personas de la iglesia han argumentado que la mujer es la culpable de todos los males que siguieron. Pero prefiero el Pregón Pascual (Exultet) de la Vigilia Pascual: “Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!”