Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra, diciendo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero. Queda limpio”. Y al momento desapareció la lepra.
(Lc 5:12-16)

Por el tocar a leprosos, Jesús quedó en problemas no solo con la Ley de Moisés y las autoridades religiosas, pero también con sus propios discípulos. Y ahora, dos mil años después, las cosas no se han cambiado nada. Gracias a mi mamá querida, celebro mi cumpleaños hoy.