Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
(Mt 2:13-18)
La Fiesta de los Santos Inocentes nos recuerda de que los poderosos de este mundo siempre quieren derrumbar y destruir. Pero Dios tiene la última palabra, y esa palabra es una palabra de Gracia y Resurrección. Como dice el Cuarto Evangelio:
Esta luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no han podido extinguirla.
(Jn 1:5)