Uno de los leprosos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.
(Lc 17:15-19)
Se nota que los diez leprosos quedaron curados, pero uno solo fue salvado, el que regresó a darle gracias al Señor, y ese era extranjero. Ser agradecido es esencial para ser salvado. En el pasado este día se llamaba el Día del Armisticio, que celebro el acuerdo de paz que puso fin a la Primera Guerra Mundial, el día once, del mes once, a las once. Hoy también es la fiesta de San Martín de Tours—un soldado que tenía encuentro con un mendigo, cortó su túnica y le entregó al pobre, y después dejó la guerra y fue convertido a cristiano. San Martín fue el primer santo canonizado oficialmente que no era mártir.