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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Arrancando este año nuevo de 2020, estoy pensando en mi querida mamá, Norma. Mi mamá no tenía miedo de nada. Ella quería montar en un globo, y por ser buen hijo, arreglé todo para ella y su mejor amiga. No estoy seguro que su amiga quería montar en el globo, pero cuando mi mamá subió en la canasta del globo, su amiga la siguió.

Pienso en mi mamá en el comienzo de 2020, porque todos nosotros nos falta un poquito de su valentía. Nuevas aventuras están por delante. ¡Qué todos tengamos feliz aterrizaje!