Piensa en tu fin y deja de odiar,
y no guardes rencor a tu prójimo.
y pasa por alto las ofensas.
(Sir 28:6-7)
En la Regla de San Benito, se encuentra este consejo para el monje: tener cada día presente ante los ojos a la muerte. Este consejo no es algo deprimido . . . más bien este consejo sale en la capítula “LOS INSTRUMENTOS DE LAS BUENAS OBRAS”. San Benito y el autor del Libro de Ecclesiástico (Siracide) sabían que en la luz de la eternidad las pequeñas peleas de la vida diaria no significan nada. Si tuviéramos “cada día presente ante los ojos a la muerte”, tal vez podríamos dejar de odiar y no guardar rencor al prójimo y pasar por alto las ofensas. El perdonar no es opcional. Como nos dice Jesús:
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano (Mt 18:35).