Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Uno de los ángeles me habló y me dijo: “Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero”. Entonces me transportó en espíritu a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios . . . La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero. (Apóc 21:9-10,14)

Hoy es la fiesta de San Bartolomé, Apóstol.  La primera lectura habla de la "Hermosa Ciudad"--la Jerusalén celestial. Me acuerdo de la Dedicación del Nuevo Altar y la Renovada Capilla de Nuestra Señora de Fátima en Winston-Salem, NC, hace 40 años. En la Misa de Dedicación con el Señor Obispo, le pedí a la cantante, Joanne Munden, el viejo espiritual negro, Oh, What a Beautiful City! (¡Oh, Que Hermosa la Ciudad!). La grabación es del famoso cantante negro, Paul Robeson.