Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. (Is 7:10-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122025.cfm
La señal de Dios se cumple en el hijo de la Virgen María, Aquel que tiene el poder de abrir las puertas de nuestros corazones. En un mundo donde la compasión se considera debilidad y la misericordia solo se extiende a los multimillonarios, te pedimos que vengas, Señor, y nos enseñes de nuevo el camino de la salvación. ¡Ven, no tardes tanto!