Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído. (1 Cor 15:1-11)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/020925.cfm
Todas las lecturas de este domingo hablan del llamado: el profeta Isaías, el apóstol Pablo, los primeros discípulos, Pedro, Santiago y Juan. Pablo dice que trabajó más que todos los demás, pero reconoce generosamente que es la gracia de Dios la que realiza el trabajo. Los obispos católicos de Carolina del Norte emiten una declaración conjunta sobre la inmigración: https://charlottediocese.org/communications/nc-catholic-bishops-issue-joint-statement/.