Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”. El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó los racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. (Apoc 14:14-19)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112624.cfm
El Himno de Batalla de la República, gran himno del movimiento abolicionista, hace referencia a las Uvas de la Ira. Y, por supuesto, el escritor estadounidense John Steinbeck utilizó Las Uvas de la Ira como título de su famosa historia sobre los pobres que escaparon a California del desastre del Dust Bowl, las tormentas de polvo en Oklahoma de los años 1932-1939.