En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola. (Lc 15:1-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110724.cfm
A veces el contexto nos da una comprensión más completa de un pasaje. Tres de las más grandes parábolas siguen a esta queja contra Jesús: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. La oveja perdida, la moneda perdida y el niño perdido (o el hijo pródigo) son mucho más radicales de lo que jamás imaginamos. En lugar de “nuestra búsqueda de Dios”, estas parábolas de Jesús ponen patas arriba ese engaño espiritual. Es Dios quien viene a buscarnos y no se da por vencido hasta que nos encuentren a salvo y luego organiza una fiesta para regocijarnos.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Jueves, Semana XXXI, Tiempo Ordinario
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