Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma. (Flp 2:1-4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110424.cfm
La Carta de San Pablo a los Filipenses está llena de optimismo y alegría. Pablo invita a la comunidad (y a nosotros) a completar su alegría estando unidos en mente y corazón. San Carlos Borromeo (1538-1584) estuvo presente en el Concilio de Trento (1545-1563) que siguió a la Reforma Protestante. En lugar de lamentarse de los problemas que enfrentaba la iglesia, San Carlos optó por el optimismo y se puso a trabajar para corregirlos. La foto de hoy es de la Catedral de Milán, donde San Carlos fue arzobispo.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
San Carlos Borromeo, obispo, 4 de noviembre
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