Por el contrario, viviendo sinceramente en el amor, creceremos en todos sentidos, unidos a aquel que es la cabeza: Cristo. De él, todo el cuerpo recibe su organización, su cohesión y su vida, según la actividad propia de cada una de las partes, y así el cuerpo va creciendo y construyéndose por medio del amor. (Efe 4:7, 11-16)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102624.cfm
Creciendo en todos sentidos en Cristo, la cabeza, siendo edificados en amor: todo por la gracia que nos ha sido dada a cada uno de nosotros. La Santísima Virgen María es aclamada por el ángel Gabriel como “llena eres de gracia”. En cierto sentido María es la primera discípula de su Hijo. Y a todos los discípulos de su Hijo les dice: “Hagan lo que Él les diga”.