Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Conserven, pues, la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. (Gál 4:22-24, 26-27, 31-5:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101424.cfm
La libertad nunca ha sido una virtud teologal, como la Fe, la Esperanza y el Amor. Sin embargo, la Libertad o el deseo de Libertad es esencial para que la Fe, la Esperanza y el Amor se realicen. Si no somos libres, seguimos esclavizados al miedo al castigo. Pero Aquel que es “mayor que Jonás” es Aquel que por Su Cruz y Resurrección verdaderamente nos ha hecho libres, libres para ser hijos de Dios.