Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”. Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna”.
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101324.cfm
Al crecer como hijo único, nunca tuve mucha familia. Al mirar atrás a más de 46 años de ministerio, puedo decir verdaderamente que la promesa del Señor de cien veces más “hermanos, hermanas y madres” se ha cumplido en todas las personas en todas las parroquias donde he tenido el privilegio de trabajar. Agradezco a todos los hermanos, hermanas y madres que han llenado mi vida y me rodean con tanto amor. Estoy especialmente agradecido a mi madrecita colombiana, Doña Ofelia Arroyave, quien extraoficialmente me adoptó en su familia. Aquí en Colombia tengo 10 hermanos y hermanas, 19 sobrinos y sobrinas nietas, ¡y una más en camino! ¡Su bandera sobre mí es amor!