Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. (2 Tim 3:14-15)

La Segunda Carta a Timoteo dice que Timoteo ha recibido la fe de su abuela y de su mamá. Como el viejo apóstol le recuerda:

Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido. (2 Tim 1:4-5)

Me encanta este pasaje . . . eso me recuerda de las dos mujeres de fe en mi vida . . . mi mamá Norma y de mi abuela Minnie. Espero imitar el ejemplo que ellas me dieron.