Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. (2 Tim 3:14-15)
La Segunda Carta a Timoteo dice que Timoteo ha recibido la fe de su abuela y de su mamá. Como el viejo apóstol le recuerda:
Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido. (2 Tim 1:4-5)
Me encanta este pasaje . . . eso me recuerda de las dos mujeres de fe en mi vida . . . mi mamá Norma y de mi abuela Minnie. Espero imitar el ejemplo que ellas me dieron.