Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Y me dijo: “Hijo de hombre, come lo que tienes aquí; cómete este libro y vete a hablar a los hijos de Israel”. Me lo comí y me supo dulce como la miel. Y me dijo: “Hijo de hombre, anda; dirígete a los hijos de Israel y diles mis palabras”. (Ez 2:8-3:4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081324.cfm
Devorar la palabra de Dios para proclamarla al pueblo. Vaya, ¡qué visión! A veces esa palabra es dura: "¡Lamentaciones y amenazas!". Pero como dice el profeta, "era dulce como la miel en mi boca".