Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”. (Mc 9:2-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080624.cfm
Hay cosas que sólo podemos apreciar o comprender plenamente en retrospectiva. La Transfiguración es una de ellas. Sólo a la luz de la Pasión y Resurrección de Jesús comprendieron Pedro y los demás lo que había sucedido en la montaña. Hoy recordamos a todos los que murieron en 1945 en Hiroshima, Japón.