Las mujeres entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca, sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo: “No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: ‘Él irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les dijo’ ”. Temblorosas y desconcertadas, las mujeres salieron huyendo del sepulcro. No dijeron nada a nadie porque tenían miedo. (Mc 16:1-8)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/033024.cfm
Las mujeres no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. Fin del Evangelio. Probablemente, esto sea el final más extraño de un evangelio. Por supuesto, lo que el escritor del evangelio quiere es que nosotros, los oyentes del evangelio, vayamos y completemos la misión: ¡ir y decir la Buena Nueva! Y así, ¡Cristo ha resucitado! ¡¡Ha resucitado el Señor!! ¡¡¡Aleluya, aleluya!!!
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Sábado de Gloria, Vigilia Pascual en la Noche Santa
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