Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto . . . Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir. (Jn 12:20-33)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031724-YearB.cfm
Ha llegado la hora de ser glorificado, de morir, de ser elevado. Al entrar en esta última parte de la Cuaresma, la Cruz se nos hace cada vez más presente. El Misterio Pascual, morir y resucitar con Cristo, es el centro de nuestra fe, que celebramos en la Eucaristía. Es la esencia de los Sacramentos. Es el modelo de nuestra vida.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Domingo, Semana V, Cuaresma
- :