Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: "Éste es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste es el Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?" Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús. (Jn 7:40-53)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031624cfm
El Cuarto Evangelio no se interesa por Belén ni por rastrear la descendencia de David a través de todas las generaciones, sino que aborda la cuestión de la procedencia de Jesús declarando que Jesús viene de Dios (Jn 1:1). Y a los que creen en su nombre, les ha dado el "poder llegar a ser hijos de Dios" (Jn 1:12). Lo esencial, según el Cuarto Evangelio, es nacer "de lo alto” (Jn 3,3). Y la Madre de Jesús nos dice: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2:5).