Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

III DOMINGO DE ADVIENTO, 2019 (Domingo de la Alegría)
(Is 35, 1-6ª. 10; St, 5.7-10; Mt 11, 2-11)

Este domingo de Adviento encontramos la figura de Juan Bautista. Y más, encontramos la pregunta de Juan Bautista. Por medio de dos discípulos, Juan Bautista le hace pregunta a Jesús:

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que
esperar a otro?

En un sentido esta es la cuestión para nosotros. Esta es la cuestión del Adviento. Pero más, esta es la cuestión de Cristianismo: ¿Es Jesús el elegido de Dios, el que ha de venir, sí o no? ¿Tenemos que esperar a otro, sí o no?

Pues, Jesús le hizo respuesta a Juan Bautista:

Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan,
los leprosos quedan limpios de la lepra,
los sordos oyen, los muertos resucitan,
y a los pobres se les anuncia el Evangelio.

¡Guau! Ciegos ven, cojos andan, sordos oyen, leprosos limpios, muertos resucitados, y para los pobres las Buenas Noticias.

La respuesta habla del cumplimiento de las palabras del profeta Isaías:

“¡Ánimo! No teman.
He aquí que su Dios, vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos.”

Esto es lo que celebramos en el Adviento y la Navidad: que nuestro Dios nos viene con salvación. Y por eso, no tenemos miedo. Al contrario, proclamamos las buenas noticias a todos. Anunciamos lo que hemos visto y oído:

que Jesús viene para salvarnos.

El Adviento se está acabando . . . hemos encendido tres velas . . . hay sólo una que queda en la corona. Hoy es el domingo de la Alegría. San Pablo nos dice:

Regocíjense en el Señor siempre.
Otra vez lo diré: ¡Vivan en alegría!
El Señor está cerca.  (Fil 4:4-5)

Y estamos listos y bien preparados. Porque el que viene es el Buen Pastor. Recemos para que Cristo venga sin obstáculos. Recemos para que Dios nos dé la gracia que necesitamos para recibir a Cristo con alegría, el que proclama buenas noticias a los pobres.

¡Ven Señor no tardes en llegar!
¡Ven Señor Jesús!